Curiosa cosa que Rodolfito lleve el mismo apellido de quién fundó Venezuela luego de los delirios unionistas de don Simón Bolívar. El solo apellido del Rosarino prueba que somos, en esencia, los mismos “tercios” desde el Río Bravo hasta la Tierra del Fuego. Bolívar tuvo razón, pero no la tuvo.
“Lamentablemente” nunca probé drogas como para entender del todo muchas cosas que se entre-leen en la letra de esta canción. Doña Yolanda lo hubiese considerado inapropiado, y Néstor José, estúpido. No podemos, después de todo, escapar de nuestros antepasados. La Argentina y Papá en un mismo pensamiento me recuerdan aquella noche Bonaerense de mil nueve nueve uno, cuando fuimos con doña Tibisay a ver a José Sacristán en la adaptación teatral de la obra La guerra de nuestros antepasados, de Miguel Delibes. Había triunfado en la temporada española de mil nueve noventa, y la pudimos disfrutar en Buenos Aires a finales del otoño austral siguiente, comienzos de abril. Vanessa se quedó en casa en Belgrano esa noche, al menos eso creo. En retrospectiva, esa obra me susurra a gritos L´Etranger, de Camus, sobretodo cuando cambiamos a nuestro médico de Las Guerras por el cura imbécil de L´Etranger.
Conocí la canción en una etapa crítica, y paradógicamente, alegre de mi vida. Fito siempre fue interesante a más no poder, y al mismo tiempo, un poco iluso con esa aberración por La Habana, y su consecuente miseria comunista. Para un guitarrista como yo, un pianista como Páez es siempre una curiosidad. Pero sus letras y armonías siempre fueron más misteriosas que la simple diferencia técnica/mecánica entre componer/ejecutar para guitarra, y hacerlo para piano.
A continuación la letra de la canción, que transcribo mientras escucho una versión de la misma cantada por Fito, Charly García y Gustavo Cerati. En la época cuando José Sacristán presentó La Guerra de nuestros antepasados en Bs. As., Gustavo se presentaba con Soda Stereo en el Teatro Rex de la misma ciudad. Estuve allí, y fue maravilloso. Por cierto que durante esos mismos días se presentaba A-Ha en el Luna Park.
—
En esta puta ciudad
Todo se incendia y se va
Y matan a pobres corazones
Matan a pobres corazones.
—
En esta sucia ciudad
No hay que seguir ni parar
Ciudad de locos corazones
Ciudad de locos corazones.
—
No quiero salir a fumar
No quiero salir a la calle con vos
No quiero empezar a pensar
Quién puso la yerba en el viejo cajón
¡Ooooh!
—
Buen día Lexotanil
Buen día señora
Buen día doctor
Maldito sea tu amor
Tu inmenso reino
Y tu ansiado dolor
—
¿Qué es lo que quieres de mí?
¿Qué es lo que quieres saber?
No me verás arrodillado
No me verás arrodillado
—
Dicen que ya no soy yo
Que estoy más loco que ayer
Y matan a pobres corazones
Matan a pobres corazones
—
No quiero salir a fumar
No quiero salir a la calle con vos
No quiero empezar a pensar
Quién puso la yerba en el viejo cajón
¡Ooooh!
—
Buen día Lexotanil
Buen día señora
Buen día doctor
Maldito sea tu amor
Tu inmenso reino
Y tu ansiado dolor
¡Ooooh!
—
En esta puta ciudad
Todo se incendia y se va
Matan a pobres corazones
Matan a pobres corazones
Matan a pobres corazones
Matan a pobres corazones.